El botox es un nombre comercial para la
toxina botulínica tipo A, cuya función es relajar o paralizar de forma parcial determinados músculos.
Pero, cuál es el origen real de dicha toxina? ¿Realmente ha pasado de ser una enfermedad potencialmente mortal a ser uno de los técnicas más empleadas en medicina y cirugía estética?
BOTULISMO
Debemos recordar que el botulismo es una intoxicación alimentaria que por lo general comienza con visión borrosa, sequedad de la boca, mareos y náuseas y puede progresar hacia una parálisis generalizada, causando la muerte en situaciones extremas.
El agente causal es el Clostridium botulinum, una bacteria anaerobia, formadora de esporas que, en determinadas situaciones, puede germinar y producir una toxina (toxina botulínica).
Tras los primeros estudios, se determinó que:
• El botulismo es una intoxicación, no una infección
• La toxina la producen microorganismos presentes en algunos alimentos con alta concentración de sal (conservas, embutidos,…)
• La toxina es muy sensible al calor
• No todas las especies animales reaccionan igual
ASPECTOS HISTÓRICOS
En 1920 empezó el método de aislamiento y desarrollo de la toxina.
A partir de 1950 se empezó a utilizar con fines médicos y se empezó a popularizar a partir de la década de 1970.
Fue aprobada por la FDA americana en 1979 para tratar el estrabismo y en 1985 para el blefaroespasmo.
No fue hasta el año 2003 cuando se aprobó su uso para tratar las arrugas dinámicas del entrecejo.
MECANISMO DE ACCIÓN
Aunque se han descrito diferentes tipos de toxina (A, B, C, D, E) la más utilizada es la tipo A.
Todos los subtipos de neurotoxina botulínica actúan bloqueando o impidiendo la liberación de acetilcolina (neurotransmisor) en la unión neuromuscular (unión entre el nervio y el músculo) de las fibras del músculo estriado.
En otras palabras, impide que el impulso eléctrico que transporta el nervio llegue al músculo y por tanto éste no se contrae.
Por tanto, no lesiona el nervio ni altera la formación de acetilcolina. Únicamente impide que llegue la señal, de forma provisional.
Esta debilidad muscular se empieza a observar a los 2-4 días siguientes a la inyección, pero la debilidad máxima se produce al cabo de 7-10 días.
A partir de los 3 meses, se empieza a recuperar la actividad de forma progresiva gracias a la formación de nuevas terminaciones nerviosas y al cabo de los 6 meses la capacidad contráctil suele estar plenamente recuperada.
INDICACIONES Y TÉCNICA
La técnica consiste en inyectar en los músculos que existen bajo la piel, unas gotas de una solución líquida que contiene esta toxina natural purificada.
Aprovechamos su capacidad de relajación muscular para tratar distintas indicaciones médicas como ciertas enfermedades neurológicas, oftalmológicas (blefaroespasmo, estrabismo), el bruxismo, hiperhidrosis (exceso de sudoración), cefalea de origen tensional,…
En medicina estética se usa principalmente para tratar las arrugas de expresión, por lo que es más famosa.
Estas arrugas son las llamadas “arrugas dinámicas”, que son las que aparecen con el tiempo a consecuencia de utilizar en exceso determinados músculos. Las más típicas son las arrugas del entrecejo, la frente y las patas de gallo.
También se han descrito indicaciones para las arrugas que se producen en la zona del escote
y para las bandas
que se suelen formar en el cuello
con el paso de los años.
La parálisis parcial de estos músculos hacen que se suavicen estas arrugas cuando movamos la cara de forma normal y habitual.
No tiene porqué cambiar completamente nuestra imagen, pero si que se suele conseguir un efecto de relajación en la expresión, siempre conservando nuestra “personalidad”.
Muchas personas lo describen como una sensación relajante. De hecho, se suele utilizar como tratamiento de la cefalea de origen tensional
por la contracción excesiva y repetitiva de la musculatura fronto-temporal.
Debemos resaltar que es un tipo de tratamiento que funciona mejor de forma preventiva, es decir los resultados son mucho mejores con las arrugas de expresión (arrugas dinámicas) y no con las arrugas ya establecidas (arrugas estáticas).
Por tanto, es evidente que cuanto antes se empiece con este tratamiento, antes se podrá prevenir la aparición de estas arrugas y no debemos esperar a tener la piel muy arrugada
si queremos conseguir un excelente resultado.
Debemos recordar que no se trata de ningún tipo de relleno, como mucha gente piensa.
No aporta volumen, a diferencia de otros productos como el Ácido Hialurónico.
Por tanto, resulta muy interesante su uso combinado, ya que cada producto tratará problemas distintos que suelen aparecer conjuntamente con la edad.
EFECTOS SECUNDARIOS Y DURACIÓN
La dosis de toxina botulínica administrada es muy baja y no es acumulativa.
Nuestro organismo la reabsorbe y la elimina por vía renal.
El tratamiento se realiza en consulta
de forma ambulatoria.
Es un procedimiento muy seguro, apenas doloroso, muy poco invasivo y con un riesgo muy bajo de complicaciones. Los efectos secundarios (relajación de musculatura del párpado, por ejemplo) son leves y muy raros.
El efecto es temporal, por lo que a lo largo de los meses los músculos van recuperando su movilidad normal.
Se empieza a recuperar la actividad a partir de los 3-4 meses y el tratamiento suele tener una duración media de unos 6 meses.
Es con mucha diferencia el tratamiento más utilizado en la consulta de cirugía estética y el que consigue los resultados más espectaculares.